
Todo el material que se envía ha sido previamente clasificado y etiquetado, e incluye una pegatina con los datos del centro receptor de la ayuda, que en esta ocasión será el St. Joseph´s Catholic Hospital de Monrovia, la capital de Liberia. Allí la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios acaba de celebrar el 50 aniversario del hospital, que es un centro de referencia en todo el país y sufrió, como el resto de las infraestructuras que existían, los devastadores efectos de una década de guerra civil, que dejó miles de muertos y una sociedad dolida y empobrecida, que ahora lucha por vivir en paz y reconstruir el país.
El St. Joseph´s funciona desde hace dos años nuevamente a pleno rendimiento, tras haber sido reformado integralmente gracias a un proyecto de cooperación que gestionó Juan Ciudad ONGD y que contó con financiación pública y privada.
A las 11:30 se está encajando el último palé, que cabe exactamente en el espacio que llega hasta el borde del contenedor. Alfonso cierra las puertas, pone el precinto de seguridad, se despide del conductor del camión, y le da las indicaciones oportunas para que el enorme trailer pueda maniobrar y salir del recinto sin problemas.
Siempre es una gran satisfacción verlo partir tras semanas, a veces meses, de preparación, sabiendo que todo lo que se envía será de gran utilidad en el hospital y servirá para apoyar los servicios que se prestan a muchas personas sin recursos.
El siguiente paso suele ser un pequeño descanso en la cafetería con un tentempié. Pero la calma dura poco, ya que enseguida suena el móvil y Alfonso tiene que coordinar la recepción de un cargamento de arroz que tiene que llegar en estos días al almacén, y que será enviado nuevamente a un centro hospitalario en uno de los países de África y América Latina con los que trabaja Juan Ciudad ONGD.
Los envíos de ayuda humanitaria se realizan con una periodicidad de 15 días, y aunque conllevan mucho trabajo previo y no son económicos, resultan de gran importancia para los centros receptores, ya que se envían productos y medicinas que no es posible encontrar en el mercado local, y que son de gran ayuda mantener los servicios sociosanitarios que prestan.
La corriente de solidaridad de muchas personas anónimas que colaboran con las campañas de recogida de productos y alimentos "Danos la lata", que aportan donaciones, así como la colaboración de voluntarios y trabajadores de los centros de San Juan de Dios en España, y algunas entidades y empresas, hacen realidad el envío de ayuda humanitaria a países desfavorecidos. Por ello, os damos las gracias en nombre de todas las personas que se benefician de esta ayuda.
